Los rebozados es una técnica de cocina muy saludable, que muy pocos recuerdan sus beneficios, y con el tiempo se ha desfigurado tanto la técnica, que cuando dices REBOZADO, lo primero que piensa el que te escucha (engordo y mal digiero) y sí sabemos que tiene muchas ventajas.
Puedes freir después de rebozar o bien puedes hornear, el resultado es una textura crujiente y dorada en la parte externa y tierno y jugoso en su interior si controlas el cocinado.
HARINA
HUEVO Y HARINA
HUEVO Y PAN RALLADO
Es tu elección decidir cómo cocinar y qué ingredientes usar para la técnica del rebozado
EMPANADOS
Esta vez he elegido
PECHUGAS DE POLLO
(nada de grasa en el alimento), con pimentón dulce y ajos fileteados
HUEVO,
PAN RALLADO
FREIR EN ACEITE DE OLIVA VIRGEN
¿Te has fijado qué limpia tengo la encimera y los utensilios que voy a necesitar?
porque al final del rebozado y fritura estará igual que al principio.
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porque al final del rebozado y fritura estará igual que al principio.
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El huevo batido.
Las piezas de la pechuga eran pocas y cortadas en trozos grandes porque irán para la fiambrera.
Las he rebozado en el huevo y las he vuelto a poner en el plato donde estaban.
Con ese huevo restante, de momento te lo retiro de la vista, porque ya te diré qué haré con él.
Y continuamos con el pan rallado que colocamos en ese tercer plato.
Todas las piezas rebozadas, desechamos el poco pan que sobra.
(aunque mi madre siempre hizo una tortita con ese resto de pan y huevo)
(aunque mi madre siempre hizo una tortita con ese resto de pan y huevo)
Y colocamos en un único plato el huevo restante.
Mientras tanto empieza a calentar el aceite.
Me gusta la ollita en vez de una tradicional sartén porque salpica menos, gasto menos aceite y controlo mejor la temperatura.
Y ya hemos empezado a freir.
El plato donde estaba el pan rallado es perfecto para que descansen las piezas después.
Y observa que no pongo ningún papel para que no empape nada de aceite.
El aceite de oliva virgen o virgen extra es ORO LÍQUIDO y no voy a tirarlo a la basura.
Mientras voy friendo, en el huevo restante he puesto un poco de buena sobrasada. Será mi cena.
Fíjate en la espumadera, el utensilio con el que recojo la pieza de pechuga cocinada.
Ahora fíjate en el plato, salvo resto del pan rallado de antes: No hay exceso de aceite.
Ya tengo preparada la sartén para mi tortilla, y la sobrasada troceada.
Retiro el plato del rebozado mientras termino de freir las últimas piezas.
Me encanta ver el color dorado del aceite después de haber frito.
Todavía caliente, lo paso a la aceitera típica para guardar el aceite,
preservado de la luz, importante.
He puesto un poco de ese aceite en la sartén para mi tortilla, porque mi sobrasada es la genuina.
Fíjate los posos de la ollita, son dorados y no quemados. Y el color del aceite dorado, a pesar de que el pimentón y el huevo colorean también el aceite.
En otro rato te diré cómo has de hacer para no quemar aceite ni pan cuando tienes mucha más cantidad de alimento empanado.
Ahora fíjate en mi plato después de haber colocado las pechugas en las fiambreras.
Ni siquiera ese poquito de aceite lo voy a desperdiciar.
Mientras se hace la tortilla ya estoy cortando el pan para mi bocadillo y supongo ya os habréis imaginado dónde lo voy a remojar.
Siguen las pechugas enfriándose antes de cerrar las fiambreras
y las dos mitades del pan de mi bocata están listas para unirse.
¡Cómeme! me dice, y es lo que he hecho
BUEN PROVECHO.
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