Con la fruta bien lavada, he comenzado a desmontarlas, he separado la corteza externa, la parte blanca y el interior de ella. Tambien he dejado al alcance: azúcar, tarros, balanza y utensilios que voy a necesitar.
Es necesario saber cuánto pesa la fruta para saber qué peso de azúcar usar. 1 kilo de naranjas (la que sobra será mi aperitivo).
Esta vez también voy a pesar las cáscaras, las necesito para darle el punto de amargor y la textura que nos gusta para las tostadas del desayuno.
He cortado las masquenaranjas de forma transversal, no pierdo más tiempo porque ya cocinadas me será mucho más fácil hacerlo.
Un pelador, un cuchillo de los usados para las patatas, un cuchillo con sierra (este es típico para el queso) y en este caso también una pequeña picadora psra adelantar, otras veces me entretengo cortando tiritas
Ya tengo claro que en la receta voy a poner 500 gramos de azúcar, la mitad de su peso sin contar la cáscara porque cuento con el dulzor de la propia fruta. Y nos gusta ese punto de amargura.
He buscado una olla alta, a veces me olvido del control del fuego y de esta forma evito salpicaduras o que se desborde el contenido. Fíjate que primero he puesto fruta, después la corteza y por último el azúcar.
La tapadera la necesito, pero le quito la goma para que no selle. Necesito que sude primero antes de que hierva. Un fuego muy bajo es lo que necesito.
Fíjate que ya ha sudado un poco, he inclinado la olla para verlo. El zumo ya me empapa el azúcar. Ahora ya puedo subir el fuego para que hierva y empiece a cocer.
Ahí la tengo ya cocida. Pero todavía me queda un poco para terminar de elaborarla.
Es el momento perfecto para trocearla. Nos gusta los tropezones. Otras veces elaboró la MERMELADA DE NARANJA (2) de otra forma porque le doy otro uso diferente, o cocino de forma diferente. C
No sé si llegáis a apreciar el cambio de color, del azúcar en sus primeros momentos de caramelo. Por textura y color, he terminado la cocción.
ENVASADO AL VACIO
He elegido tarros pequeños, estos tienen 150 gr de capacidad. No me gusta que se me olvide el tarro en la nevera, y se estropee con el tiempo. Me gusta, por salud, una vez abierto el bote, consumirlo en muy pocos días.Es fácil envasar al vacío en estos momentos, pero la técnica merece otro apartado.
Un tarro, un embudo, un cazo, una cuchara y una lengua son los últimos utensilios que he usado. Y FÍJATE que en el cuenco del centro ya tengo preparada la MERMELADA de masquenaranjas del desayuno de mañana.
Os dejo también el enlace de como hice en otra ocasión y también la compartí
la mermelada de naranja más dulce y comento que puedes añadir zanahoria para dar color y restar amargura.
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