¡Es tan fácil hacer una tarta! Un BIZCOCHO, una CREMA PASTELERA del sabor que decidas rellenar y algo de imaginación para decorar.
El bizcocho, en este caso lo hice el día anterior, y elegí la receta del BIZCOCHO DE NARANJA y la hice doble para poder hacer dos tartas en el tiempo de una. Simple organización del tiempo.
Lo que no me gusta de las tartas comerciales es que los bizcochos siempre están mojados con agua y azúcar, como mucho, con un buen almibar, y aún así son demasiado dulces para mí.
Y aquí te dejo como la monté:
ZUMO DE NARANJA
CREMA DE AVELLANAS CON CHOCOLATE
Corté el bizcocho en tres capas, con el zumo y con ayuda de una cucharada sopera fuí mojando con cuidado el bizcocho, y a continuación la crema de avellanas. Nuevo piso e igual proceso. Esta vez no la decoré. Estamos ya con temperaturas altas y quería una tarta sabrosa pero lo más ligera posible.
La decoración, me bastó el crocanti de almendra triturada con el que decoré el bizcocho de naranja.
Y a continuación la tapé con la última capa de bizcocho. Que no mojé en zumo porque el bizcocho está bien hidratado.
Lo que sí que he hecho al tomarme el pedazo de tarta es acompañarlo con un chupito de ORUJO DE NARANJA
hoy, domingo 24 de mayo de 2020, seguimos en desescalada con el Gobierno organizándonos. Para poder salir a la calle has de repasar las lecciones que no acabas de aprenderte, y eso que deberíamos ser expertos en este Estado Acostumbrado.
Una libertad en porciones, entiendo que no es libertad, pero en cuanto a sensaciones por motivo del confinamiento impuesto, muchas y variadas, de las que imagino, nadie nos hemos librado, y de las que todavía no han aflorado las secuelas. Son los efectos secundarios del Estado de Alarma, que no del coronavirus.
Salud os deseo a través de la cocina.
hoy, domingo 24 de mayo de 2020, seguimos en desescalada con el Gobierno organizándonos. Para poder salir a la calle has de repasar las lecciones que no acabas de aprenderte, y eso que deberíamos ser expertos en este Estado Acostumbrado.
Una libertad en porciones, entiendo que no es libertad, pero en cuanto a sensaciones por motivo del confinamiento impuesto, muchas y variadas, de las que imagino, nadie nos hemos librado, y de las que todavía no han aflorado las secuelas. Son los efectos secundarios del Estado de Alarma, que no del coronavirus.
Salud os deseo a través de la cocina.
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