Una receta que no caduca, y que viene fenomenal tenerla siempre en la cocina. Invertir en tiempo comparado con el bajo coste de la receta, bien merece la pena hacerlo antes que ir a comprarlo.
500 g de azúcar
50 ml de limón o vinagre
100 ml de agua
Elaboración:
Poner al fuego el azúcar y la mitad del agua.
Cuando esté caramelo dorado, apagar el fuego.
Dejar que el calor termine de hacer el caramelo oscuro.
Dejar templar que se quede casi frio
Incorporar el resto de agua y el zumo de limón y diluir el caramelo
Si es necesario, poner a fuego lento para homogeneizar.
Cuando esté completamente disuelto podrás guardarlo en una botella y tenerlo siempre listo.
Cuando estés haciendo el caramelo y veas que se ha consumido el agua y empiece a dorarse, ten la precaución de apagar el fuego y que termine de coger el color más oscuro sólo con el calor que mantiene. Para incorporar más calor siempre podrás volver a poner el cazo al fuego.
CUIDADO. El azúcar se quema muy rápidamente y coge temperatura muy alta, mucho más que el aceite.
ya puedes observar que el agua se ha evaporado prácticamente toda.puedes observar que empieza a licuarse el azúcar en el fondo.
ves moviendo para que el azúcar que se va caramelizando se vaya mezclando con el blanco. De esta forma ayudas a que coja temperatura el azúcar de arriba y se controle la temperatura del caramelo de abajo para que no acabe quemándose abajo cuando arriba ni siquiera se acerca a la alta temperatura
mira como poco a poco se va haciendo el caramelo dorado, sin llegar a quemarse.
Para terminar de templarlo y que no cogiera más color, he introducido demasiado pronto el agua restante y el limón. Y ahora está a fuego muy lento, esperando a que se licue. Muévelo de vez en cuando con la cuchara.
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